Nada es importante salvo que a ti te lo parezca. La importancia depende de la cantidad de neuronas que se impliquen (voluntariamente o no) en la situación, pensamiento o acto en sí.
Todo es relativo y variable, salvo la incomoda verdad de que no somos como nosotros nos vemos, sino como los demás nos ven. Eso es subjetivamente cierto.
Tan solo una excusa para incluir una entradita veraniega y sin ningun tipo de contenido, salvo el de recordar que una vez inicié un blog y que debo retomarlo aunque sea de vez en cuando.